TRANSVANGUARDISMO

El concepto de transvanguardia fue al período de finales de los setenta y los años ochenta en el siglo XX por Achille Bonito Oliva. Este arte surgió como necesidad y respuesta ante la actitud asumida por los artistas que trabajaron dentro del Arte Povera, ese arte de fines de los años sesenta poseía connotaciones moralistas y una actitud represiva hacia los excesos de la sociedad. La característica más importante de este movimiento es la adopción de una posición nómada, trasladándose de un estilo a otro sin respetar filiación alguna. Este movimiento agrupó a los artistas por su coincidencia en la concepción filosófica del arte. Son importantes el empleo de fragmentos de diversas obras y el carácter discontinuo, el cual implica un rechazo a cualquier tendencia a la repetición. Se tiene un deseo de valorar pequeños sucesos representándolos son sensibilidad propia, hasta con un rasgo de ironía y hasta comicidad. Se puede interpretar la historia de la pintura a través del título. La transvanguardia pone de nuevo en primer plano la expresividad personal del artista, la recuperación de la figuración, el elemento fantástico, la tradición pictórica y la pintura manual.
En cuanto a técnicas y pigmentos, los artistas empleaban todo tipo de técnicas, gamas cromáticas, elementos propios del lenguaje figurativo, así como otros de carácter puramente abstracto. Pintaban en lienzos de gran tamaño, lo que daba una vista espacial al espectador. Los pigmentos que estaban al alcance de los pintores transvanguardistas son el carboncillo, la tiza roja natural, el óxido de hierro, el viridiano, blanco de zinc, naranja y amarillo de cadmio, azul cerúleo, azul verde y violeta de cobalto, amarillo indio, tierra verde, carmín, tiza, negro carbonilla, ultramarino, oropimente, y el marrón, rojo y amarillo ocres. Aquí se presenta una obra de Sandro Chia, uno de los exponentes del transvanguardismo, con su óleo sobre lienzo, que data de 1981, llamado “Incidente en el Café Tintoretto” .