viernes

MANIERISMO


El manierismo es la corriente artística que predominó en Italia desde el final del Alto Renacimiento en el año 1530, hasta los comienzos del Barroco, hacia el año 1600 aproximadamente. Este movimiento se dio como una reacción anti clásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza que se defendía en el Alto Renacimiento. El origen de su nombre viene de la definición que los escritores de esa época le daban a los artistas que pintaban “a la manera de”, es decir, siguiendo los pasos de los pintores del Renacimiento, pero manteniendo una personalidad artística, al menos al principio, ya que este término después se fue usando cuando esa “maniera” se entendió como una técnica imitativa de los pintores famosos. En la pintura manierista, Los colores son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas. (Se dan los simbolismos complicados en las pinturas, pero tienen su auge en la orfebrería). Se confería más importancia a la complejidad y a la distorsión que a la armonía de las líneas, al color o a la composición (hasta las pinturas religiosas resultaban inquietantes para el espectador). En la pintura se usaban pigmentos extraídos de sulfuro de arsénico, lapislázuli, materiales orgánicos quemados parcialmente o carbonizados, silicato de hierro, arcilla, el rezago de la desintegración del plomo con ácido, y la fermentación de la uva en platos de cobre; materiales de los cuales se originaron: la azurita, el oropimente, el ultramarino, el negro carbonilla, la tiza, tierra verde, índigo, el blanco de plomo, verde de Grecia y el amarillo ocre. El pintor más conocido de los manieristas en su etapa tardía es El Greco, el cual era intensamente emocional, lo cual reflejaba en sus pinturas al darles un fuerte sentido apocalíptico, incluso a los paisajes. En esta compilación se muestra su óleo sobre lienzo de la Iglesia de Santo Tomé, que se encuentra en la ciudad de Toledo, España, y data del año 1588. En ella se puede apreciar “El entierro del Conde de Orgaz”, el cual le da el nombre a la obra, en la que se puede casi palpar la intensidad del momento, a través de los santos esperando al Conde, y los religiosos despidiéndolo.

No hay comentarios: